Y bueno, que os dejo con unas fotos de los nuevos inquilinos que vienen a engordar mi siempre creciente colección de prebonsáis (habrá que ponerle remedio), pues también dice el refranero que el que mucho abarca poco aprieta.
Beial responde a la contracción de dos nombres propios, una pareja que ha hecho de la pasión por el bonsái su estilo de vida.
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domingo, 23 de marzo de 2014
En busca de...prunos
Dicen que a quién algo quiere algo le cuesta, y nunca mejor dicho, pues para hacerme con unos prunos en una salida reciente tuve que subir una buena cuesta.
Y bueno, que os dejo con unas fotos de los nuevos inquilinos que vienen a engordar mi siempre creciente colección de prebonsáis (habrá que ponerle remedio), pues también dice el refranero que el que mucho abarca poco aprieta.
Y bueno, que os dejo con unas fotos de los nuevos inquilinos que vienen a engordar mi siempre creciente colección de prebonsáis (habrá que ponerle remedio), pues también dice el refranero que el que mucho abarca poco aprieta.
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Al que quiera celeste que le cueste. Te has hecho con buen material para trabajar.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues si que vamos bien de refraneros, jajaja.
EliminarGracias Ishi por tu comentario.
Un abrazo.
Parece que mereció la pena la escalada.
ResponderEliminarBuenos ejemplares.
Un saludo.
Y no te digo ya la bajada...
EliminarCreo que lo son pero ya sabes que solo el tiempo dirá si tienen realmente potencial.
Un saludo.
Tú ten cuidado y no te pegues una caída en esas escaladas que luego queda el cuerpo muy mal, jejeje. Si que ha sido productiva la cacería.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues no sería la primera vez, Juan. Es por eso que ahora ya me cuido de ir acompañado, al menos en las alturas, porque ya sabes que a la bajada hay alguien que siempre me espera.
EliminarGracias y un abrazo.
Qué buena pinta¡ hay que subir duro si se quiere conseguir algo enhorabuena
ResponderEliminarAunque no se subiese tanto no se perdía nada, que luego al día siguiente uno muy seriamente se plantea si seguir con la afición. Pero solo por unos días, pues una vez se pasan las agujetas y los dolores, uno ya está planeando la siguiente salida. Es mucho mal, jejeje.
EliminarUn abrazo.
A la vista de los resultados mereció la pena...
ResponderEliminarUn abrazo
Yo también así lo creo Daniel. Aunque la verdadera pena son todos aquellos ejemplares impresionantes (bonsáis ya hechos) que crecen en las fisuras de las rocas y que no se les puede echar mano por no ofrecer un mínimo de garantías de sobrevivir a su yamadori. A cada cual mejor que los que he recolectado.
EliminarAunque bien mirado, también es bonito el saber que siempre, siempre, estarán ahí para únicamente poder ser contemplados y visitarlos de vez en cuando.
Un abrazo.