Ahora que el calor aprieta y que los trabajos en los árboles se reducen a mínimos (tan sólo algún defoliado, el riego constante o el consabido control de plagas por estas fechas), junto con un poco de insomnio por las noches, es por lo que he vuelto a darle al lápiz.
Y el resultado es el que sigue:
Una sabina formada por dos copas en las que la armonía brilla por su ausencia, pues ambas parecen querer predominar la una sobre la otra sin llegar a formar un todo.
Saludos.