La historia del patito feo

Al no poder continuar evolucionando la sabina del post anterior por los problemas que ya os comenté,(queda pendiente para más adelante), doy paso ahora a la evolución de una sabinita que, si bien no es gran cosa, si me dejó un muy buen sabor de boca durante el rato que estube trabajandola.
La sabina en cuestión fué un regalo del amigo Ricardo Vieito, el cual a falta de espacio en su jardín, tuvo a bien en regalarmela. A veces ocurre que, teniendo ante nosotros un árbol o prebonsai que le auguramos un buen futuro como bonsai, al tenerlo delante, no nos atrevemos a aplicarle todas aquellas técnicas que sabemos serían necesarias para conseguir el determinado fin estético que perseguimos. Esto se debe sobre todo al miedo de pifiarla por ser demasiado agresivos o bien, simplemente por miedo al desconocimiento de hasta donde o cuanta torsión pueden aguantar las ramas de una determinada especie.

Pues bien, hacía tiempo que andaba detrás de una sabina sin demasiadas pretensiones que me permitiese eso si, "meterle mano" hasta el límite que impusiese un diseño "acabado", sin tener que pararme a pensar si aguantaría tamaña intervención o no. Este modelado, se trataba pues de un esperimento de cara a saber si semajantes torsiones serían factibles sin que se resintiese la planta, para luego, más adelante, "atacar" ya sí sin miedo, otras sabinas de mayor nivel. Pasados unos meses ya desde entonces, puedo decir ahora que, no solo no se resintió sino que además no secó ninguna rama.

La sabinita en cuestión es la que podeis ver en las fotos que os adjunto. Solo pongo el antes y el después de la misma por no disponer de más material fotográfico del proceso.
Una cosa a tener en cuenta es que para doblados de ramas de este calibre siempre tendreis que echar mano de rafia. Y que será esta rafia la que os permitirá llevar a cabo diseños agresivos sin que se les produzca rotura alguna durante el proceso.