Si en el anterior post teníamos ya marcadas las bases de cara a empezar a estructurar lo que será el futuro bonsai de ésta sabina; recordemos: un frente escogido y un nuevo ángulo de plantado. En éste vamos a ver ahora como tras estos primeros pasos y en éste caso en concreto surge el primer dilema.
Si tenemos en cuenta que a todas luces el árbol parece estar pidiendo un modelado en estilo inclinado, parece pues ineludible que la primera rama, tanto por su grosor como por su situación a modo de tronco secundario, debería ser podada o en todo caso transformada en un jin por estar ésta en clara contraposición a la tónica general del estilo comentado. Dejando pues largo el ramaje hacia el lado que se inclina y por la contra, más corto en el sentido opuesto.
Sin embargo y, como ya os dejaba entrever en el post anterior, la poda de la misma no va a ser posible pues como también os comentaba ya en ese mismo post, la sabina arranca a dos venas sin conexión entre sí. Siendo a la postre, la primera de ellas (la única que se verá desde el frente escogido), la que la alimenta.
De podarla, sería totalmente inevitable el secado de la vena, por lo cuál tendríamos un árbol que arrancaría únicamente como madera muerta, quedando la única vena viva en su parte posterior y oculta a la vista. Sin duda ésto no es lo ideal o deseable. Es más, siempre que podamos, deberíamos dejar que el árbol arranque, cuando menos con una porción de zona o veta viva vista desde el frente.
Teniendo en cuenta esto, parece pues claro que habrá que llegar a una solución intermedia. La cual no pasa sinó por enrafiarla, doblándola y tratando de que la misma acompañe al movimiento preponderante. De ésta forma, pasa de ir a su bola (en el sentido opuesto), a formar parte del conjunto cuyo modelado ahora y tras ésta doblez, pasa a ser en un estilo inclinado sí, pero a dos copas.
El quiz de la cuestión radica en que ambas copas armonicen entre sí, dando la impresión de formar un todo y que los extremos finales de ambos ápices dibujen una suave ese. Pero por el momento y por tratarse únicamente de una primera formación, esto no es así. Por un lado se ha conseguido una copa redondeada, mientras que la otra tiende más a la triangularidad. Sin embargo, si se ha conseguido una primera estructura base o esqueleto.
Sólo será a lo largo de los años y tras repetidos pinzados, así como mediante un alambrado de la misma más en detalle que esto se pueda conseguir. De hecho, en ésta primera formación, muchas son las ramas, primarias o secundarias las que, debido al escaso calibre de las mismas, se han quedado sin su buena dosis de alambrado.
Y es que, de lo que se trata en definitiva, es de no sobrecargar en exceso de extrés a nuestros árboles en su...primera formación.
NOTA: Una de las ventajas al empezar desenterrando la base de nuestros arbolillos es que, de ésta forma, podremos ver claramente lo que largo tiempo ha permanecido oculto a la vista bajo tierra (sean virtudes o defectos). En éste caso en concreto, se puede apreciar que presenta una clara conicidad invertida. La solución a ello podría pasar por volver a enterrarla casi hasta donde ensancha de nuevo o, por tratarse de un arranque a dos venas, vaciando la madera intermedia entre ambas y también mediante rafia proceder a su doblado...pero eso es otra historia.
En cualquier caso, el tiempo dirá.
Aqui sigo para ver el final.
ResponderEliminarInmteresante el planteamiento y la dificultad de este árbol.
Un abrazo.
buen trabajo, y me gusta mucho la solución que has tomado ante tal problemilla....
ResponderEliminarA seguir.
Es de agradecer Angel que despúes de todo éste tiempo sigas ahí pendiente y como siempre, muchas gracias por tus comentarios.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Tocayo y eso...a seguir, pero tu también eh.
Un abrazo.