Cuarta y última entrada de las dedicadas a las sabinas que este año han pasado a formar parte de mi colección pero a las que no quisiera darles término sin que antes os pusiese sobreaviso de lo que no hay que hacer cuando es que os hecheis a las montañas.
Lo primero de todo y, con esto no puedo predicar con el ejemplo, es NO IR NUNCA SOLOS.
A veces ocurre que la distancia recorrida hasta el lugar de destino es mucha, por ende se entiende que los kilómetros recorridos también lo son...a parte del madrugón que uno se pega.
Por esto mismo y ya se sabe...por aquello de no hacer el viaje en valde aún a sabiendas de que el cielo amenaza con romper a nevar y aún así seguir adelante, más bien seguir hacia arriba, no sé si es locura pero cuando menos, si una irresponsabilidad grave.
Bueno, que estoy en la montaña (rodeado de sabinas) y ocurre lo que tiene que ocurrir...que se pone a nevar...
Una nevada como las que nunca he visto y que al poco tiempo me obliga a buscar refugio (una cueva me servirá al efecto).
Debo de sentirme a gusto pues me figuro ser un oso cavernario. Tan a gusto que hasta ante esta idea siento como una sonrisa aflora a la comisura de mis labios pero que, a estas alturas, más que una sonrisa natural debe tratarse ya de la típica sonrisilla floja propia del nerviosismo pues, ¡si resulta que no hay ni cobertura!.
Si hasta llego a pensar que ahora mismo no sería cosa extraña presenciar el paso de un Neanderthal.
Hola Joe, ¿a dónde vas?.
A cazar un oso.
O sease... ¡a mí!.
A todo esto que entro y salgo de la cueva en repetidas ocasiones. Lo justo para escoger una e irla sacando a los pocos ya que la situación dista y mucho de ser la ideal.
Si en un principio, la idea era la de hacerme con dos sabinas, ahora ya solo tiene cavida la idea de que será solo una pues la temperatura, de los 6º C que hacían cuando llegué, se había desplomado has los -1ºC. Lo cual no solo lo dejan a uno aterezado de frío sinó que además resta fuerzas y tacto, no sólo en las manos sinó también en los pies.
Está también siempre presente la preocupación de la bajada pues, si ya en condiciones normales resultar ser cuando menos complicada, con la presencia de agua nieve en las rocas se prevé no sólo ya complicada sinó hasta peligrosa. Como de hecho resultó ser (os puedo asegurar que varias fueron varias las ocasiones que dí con mis huesos en el suelo), por fortuna sin resultar ninguna de ellas de gravedad.
Y, por si fuera poco, a lo lejos, además, tanto el coche como el pequeño camino de tierra que me había llevado hasta la falda de la montaña aparecían cubiertos de nieve...
Vamos, la pesadilla de cualquier bonsaika.
Es por todo esto que os comentaba aquello de
NO IR NUNCA SOLOS
No hagais como aquel diu...
Y el resultado de ese día tan estupendo:
SALUDOS.
A muy pocos sitios hay que ir solos, al W.C. y poco más.
ResponderEliminarSabina con aventura jejeje.
Un abrazo.
Eso de ir solos al W.C., no es del todo correcto. Y sinó pregúntaselo a ellas(al género femenino quiero decir),jejeje.
EliminarUn abrazo.
Buena sabina, pero ¡menudo peligro! Un oso o un neandertal no había, pero un loco con una sabina en brazos en medio de la nieve... Lo de loco con todo el cariño, que conste ☺
ResponderEliminarSaludos. César
Dí que sí Cesar, que de todo eso tengo un poco y más, jejeje.
EliminarCon decirte que me encanta Loquillo...
Un saludo compañero.
Hola Alberto!
ResponderEliminarestupenda entrada de las que muchos no nos atrevemos ni a publicar... no sé muy bien porqué, por miedo?
el caso es que te doy toda la razon, desde luego en este año me habré hecho como 3000-4000km para encontrar buenos árboles ya que me he vuelto muy exigente. pero la cuestion no radica ahi, sino en el peligro que corremos y no nos damos cuenta, el cansancio hace mella tanto en la montaña como al volante. El peso de los árboles cuando salen con cepellon compacto es brutal y además hay que añadir que no es camino liso muy generalmente.
Pero es lo que nos gusta... y a veces sólo por haber estado ahí arriba ya vale la pena.
Enhorabuena por esa sabina!
Hola AM:
EliminarCon 3000 o 4000 kilómetros tuyos junto con otros tantos míos, de ponerlos en línea recta pues como que...¡le hemos dado casi la vuelta al planeta!.
Coincido plenamente con todo lo expuesto por tí.
Solo por haber estado ahí arriba...
Y el problema es que el nivel de exigencia va en aumento.
No, si ya nos veo cruzanfo fronteras.
Gracias y un saludo compañero.
Bonita lección tomaste de la madre naturaleza. Seguro que en esas circunstancias no iras mas veces solo. Esa sabina tiene un valor añadido y espero que ese valor se multiplique en tus manos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo peor de todo Martín es que creo que de repetirse las circunstancias, creo que lo volvería a hacer.
EliminarUno que no tiene remedio.
En cualquier caso, procuraré que siempre sea acompañado. Lástima que nos pillemos tan lejos.
Un abrazo.
Encantado de la vida iría contigo. De hecho, mientras leía el relato, parecía que te acompañaba.
EliminarLa pena es que no pude traerme una sabina como tu.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarBonita sabina. Ha valido la pena el esfuerzo.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Jose:
EliminarLa pena es el esfuerzo que hay que hacer para conseguir algún que otro ejemplar que no desentone en cualquier colección.
Pero ya se sabe, el que algo quiere, algo le cuesta.
Un saludo y gracias por tu comentario.
buena historia y buen final,yo soy de los que voy solo ,me gusta un saludo
ResponderEliminarSin palabras q huevos le echaste. Acia frío verdad yo se de lo q estas hablando es una situación complicada.bueno respecto a la sabina tiene buena pinta, te deseo suerte aver site prende. Un saludo tony
ResponderEliminarHola Tony:
Eliminar¿Que si hacía frío?,...¡La madre del amor hermoso!.
Bueno, muchos huevos no sé si le eché porque ya se sabe...con el frío encogen, ejejeje.
Gracias y esperemos que prenda/an.
Cruzemos los dedos.
Un saludo y espero que todo bien por ahí.
Hola puers:
ResponderEliminarSooolitarioooo...creo que así empezaba la canción de Lucki Loook.
Bien que podríamos aplicarnos el cuento a ambos, jejeje.
Menos mal que tenemos a rantamplan al lado.
Un saludo y me alegra que te guste.